Nosotros los padres, debemos de delinear con nuestro ejemplo la trayectoria moral que nuestros hijos tengan a bien emular como conducta de provecho. El libro de Proverbios dice: “Instruye al niño en el camino y aún cuando fuere Viejo no se aparatará de el”. Alguien también dijo: “más vale el ejemplo que mil palabras”. La forma y manera en que vivamos hoy será el modelo que las futuras generaciones seguirán como norte de sus vidas.
Nuestra moral debe estar fundamentada en valores cristianos, en el ejemplo que nos dio el Señor y Maestro Jesucristo en sus enseñanzas y su prédica de las cosas esenciales de la vida. Son nuestros valores los que nos identifican con el Padre Celestial, vivir una vida digna de integridad, de respeto y amor para con los otros seres humanos.
Todos los que somos padres y los que en un futuro lo serán debemos valorar los principios básicos de la vida y el deseo de Dios a que disfrutemos a plenitud la herencia que nos ha otorgado. Juan 10:10 dice: “yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”. Muchas personas formulan sus propios criterios acerca de lo que es la moral, pero cuando estos se apartan de los pensamientos cristianos dejan de ser correctos. Dios es el autor y el consumador d nuestra fe por lo que debemos mantenernos en el postulado de que si un pueblo rebaja sus principios morales caerá en un profundo hoyo en el cual se afectará la calidad de vida.
Para lograr hijos saludables y una sociedad pacífica y recta tenemos que tornarnos a Dios, a sus enseñanzas y regresar al sendero que nos traerá la paz y tranquilidad mental y espiritual que todos anhelamos.
Pilar Paradas
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