Friday, March 02, 2007

CREER Y CREAR PARA REENCANTAR LA VIDA

Hola amigos de Doble Via, con mucho cariño siempre aqui en este portal, para ustedes y por ustedes, tratando de llevar articulos que nos enriquezca. Les dejo este aporte de la Dra. Mirian Mejia, algo muy interesante y muy bonito...disfrutenlo.
En la conferencia, que tuvo en el Colegio de los Agustinos de Madrid y que congregó a más de 600 personas, Jorge Carvajal hizo un recorrido por las actitudes que nos conducen a la felicidad y aseguró que cada uno de nosotros es una pieza de arte única, una nota musical imprescindible en la música del Universo, y que nacemos a la vida cuando nacemos al tiempo presente, que florece a su vez mediante la renuncia al pasado y a las expectativas del futuro. El médico y guía espiritual , Jorge Carvajal, nos lanza el reto de atrevernos a ser felices, a vivir en la alegría de "amar porque sí"; y a construir el Paraíso que nace de prestar atención al presente, que es "donde vive el Dios Universal, que se humaniza y nos redime". Bajo el título "Creer y crear para reencantar la vida" el maestro de médicos y sanadores, repartidos por numerosos países, recordó que el amor es una fuerza infinita, que no se gasta ni se fatiga jamás, y destacó la adaptación a las relaciones; la aceptación del cambio permanente como única realidad; el amor entendido de forma responsable –capaz también de recibir-, y la sencillez, portadora de claridad, honestidad y humildad, como algunas de las pautas orientadas a alcanzar la alegría incondicional -más allá del dolor y de la muerte-. Carvajal, con quien todos los asistentes recitaron al unísono el Mantram de la Unificación y La Gran Invocación para cerrar el acto, dijo en su discurso, lleno de poesía y de metáforas, que cuando somos sencillos, reflejamos el alma, para concluir con la idea de que así empieza la música y con la música empieza el baile… ¡y así empieza la fiesta! El autor de "Por los senderos del alma" entre otros libros, propuso recrear la vida, tanto en el sentido de disfrutar, como de volverla a crear desde el reto de atrevernos a ser felices, habitando el reino de la inocencia y aceptando el cuerpo como un templo de nuestras relaciones, además de tomar el dolor y la enfermedad como maestros, y permitiendo en nosotros liberar la alegría del aprendiz frente al sufrimiento de la víctima. Sólo existen esos dos modos: víctima o aprendiz. Cuando creemos en nosotros, aseguró, activamos el potencial de un Dios, y asumimos que la felicidad no está en función de la riqueza, el conocimiento, el placer, el poder, los sentidos…, sino que es una actitud interior, capaz de crear un paraíso interno en el que asumimos que el Creador habla con tu palabra, mira con tu mirada y ama con tu amor. Explicó al respecto que la felicidad parte de la atención, ya que cuando estás atento construyes un espacio que te conecta al infinito y ahí comienza la eternidad: eres el parto y el partero… eres el Creador. En este sentido, la atención se convierte en el movimiento más importante de la conciencia y de la creación, porque permite llegar al tiempo de la sincronicidad. Sólo cuando renunciamos al pasado y dejamos de perder la vida en expectativas para el futuro, sólo en ese instante se produce de verdad la vida, ahí es donde vive el Dios universal que se humaniza y nos redime…Y las alas del pensamiento recuperan la intuición y se genera la plenitud. Respecto al reconocimiento de la propia identidad, explicó que el hecho de ser irrepetibles nos hace imprescindibles, además de que acaba con el peor de los infiernos, que es la falsa creencia de que Dios no te va a perdonar: lo más duro de la muerte es la culpa. El sol brilla para ti, aseguró el ponente; el Universo celebra toda tu presencia cuando te presentas ante ti, y, una vez que tienes esa conciencia de tu "yo", puedes decidir darte por entero y ahí es donde aparece el "tú", pero primero ha de reconocerse al "yo". Llegado este punto, recordó en todo caso que el corazón que no se vacía por entero en cada secuencia sístole-diástole, enferma. Estamos hechos de relación; no hay partículas; el cuerpo es un patrón de relación y no tenemos que ser perfectos; nuestra vulnerabilidad es nuestra mejor fortaleza; sólo la vulnerabilidad permite que un desierto deje de serlo… la confianza en nuestra vulnerabilidad, la humildad, nos hace flexibles al cambio, mientras que el orgullo divide, rompe la relación. Explicó que lo único permanente en la vida es el cambio: no te resistas al cambio, al caos, que es el fuego transmutador; no temas el mal y observa los infinitos soles que habitan en la noche… la vida está llena de muerte y sin crisis no hay vida, ni uno toma las bifurcaciones que cambian el curso de la historia. Las crisis son lecciones, y todas las lecciones son leves y conducen al presente; el pasado hay que dejarlo pasar para conquistar la paz. Carvajal alertó contra el riesgo de que la sensibilidad nos conduzca a adoptar el papel de víctimas, porque eso lleva a la manipulación además de que no hay nada más radiactivo que las emociones reprimidas, y ensalzó el infinito potencial del caos sensible que somos, y el hecho de que la verdad más profunda y más intensa que tenemos es la serenidad. No te resistas al cambio, insistió, aprovecha las semillas de orden que la vida te pone en el corazón. Para esta sensibilidad, Carvajal propone una responsabilidad capaz de reconocer la necesidad en otro, porque hemos venido al mundo a aprender a relacionarnos, y aseguró que el amor ha de ser exigente, ya que a veces se requiere más sabiduría para recibir que para dar. Sobre la sencillez, explicó que llega cuando dejas de querer ser el gigante de tus sueños y el enano de tus complejos y pasas simplemente a reflejar el alma; señaló que nuestra identidad es la del ángel solar, y concluyó, para ilustrar la maravilla que es la creación, que una flor, más allá de eso, es un milagro de amor. La Redacción Fundación Ananta Koldo Aldai

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